Extracto del discurso de Alberto Garrido en la Clausura de la XXV Promoción del Máster:
Me gustaría transmitir un mensaje, no sé si a modo de epílogo puesto que estamos cerrando el máster, o a modo de prólogo, porque nada termina sin que algo comience después. Hoy termina toda una experiencia. Una experiencia excepcional, compuesta por las alegrías, las dificultades, las risas y las no tan risas, en definitiva los vaivenes, de un grupo excepcional en el que he tenido la enorme suerte de formar parte y de representar con todo el honor del mundo. Ha sido un año intenso, no hay duda. ¿Hemos aprendido mucho? Por supuesto. Pero, sobre todo hemos madurado. Porque desde que pusimos el pie en el Aula 10 el primer día hemos ido soltándonos poco a poco para enfrentarnos a los primeros atisbos de independencia profesional.
No sé si conocéis el lema de la Universidad de Texas que dice: “Lo que empieza aquí cambia el mundo”. Y es que, considero que esta tarea es la más importante que podemos emprender como graduados de este máster y como ciudadanos comprometidos con la sociedad. Hoy nos graduamos 30 personas. Personalmente, creo que somos unos afortunados porque tenemos todo a nuestro alcance para cambiar la pequeña parcela de mundo que nos vamos a encontrar cuando salgamos de este Máster. O si no, ¿qué iba a decir yo como delegado? ¿Qué lo único que nos importa es realizar las mejores cromatografías, la mejor de las solicitudes de aprobación de un medicamento, o los mejores fingerprints del sector? Doy por hecho todo esto. Por eso quería reflexionar sobre algo distinto, algo por lo que no nos van a pagar: por cambiar el mundo.
Y es que, en nuestro caso, también para eso somos profesionales de la salud, porque nos importa la vida de los demás de una manera especial. Una sonrisa por la mañana en el trabajo o al taxista que nos lleva a la planta de producción, a los de la cafetería de la agencia del medicamento; unas palabras de ánimo en la empresa, a nuestros compañeros, un buen consejo a quien haya tenido un problema… Esa sonrisa cambia la mañana de alguien, y ese buen consejo cambia la semana de otra, y así, persona a persona se cambia el mundo. Por eso creo que ese lema de “lo que empieza aquí cambia el mundo” es un prólogo perfecto para lo que nos viene.
Somos unos privilegiados con una formación excepcional. Estamos preparados para alcanzar el éxito que queremos. El éxito de fuera comienza en nosotros mismos, a partir de ya. Me dijo una profesora el último día de clase en la Universidad de Granada al terminar la carrera: “un pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo a que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama, sino en la fuerza de sus alas”.
Termino como empecé. Ha sido un verdadero privilegio pasar este año con vosotros, en esta universidad, y en nombre de la XXV promoción del Máster os doy las gracias a todos. Y quisiera dedicar el esfuerzo que cada uno de nosotros hemos realizado en este Máster a todas las familias que, desde que aprendimos a leer cuando éramos pequeños, nos habéis acompañado y apoyado con tanta dedicación. Muchas gracias.
Pamplona, 18 de Diciembre de 2015
